La realidad aumentada en la que nos sumerge el coronavirus pone de manifiesto la imposibilidad de materializar ciertas cosmovisiones si no es al precio de desahuciar a grandes sectores de la población.
Elena San José Alonso
La realidad aumentada en la que nos sumerge el coronavirus pone de manifiesto la imposibilidad de materializar ciertas cosmovisiones si no es al precio de desahuciar a grandes sectores de la población.